El sí al ‘Brexit’ deja en el aire la cobertura de 300.000 británicos en España y llena de incertidumbre a la industria
El 51,9 por ciento de los británicos ha votado a favor de su salida de la Unión Europea en el referéndum celebrado ayer, lo que abre nuevas incertidumbres sobre el futuro de la industria farmacéutica y la cobertura sanitaria de la colonia británica en España y los médicos españoles que trabajan en Reino Unido.

El 51,9 por ciento de los británicos ha votado a favor de su salida de la Unión Europea en el referéndum celebrado ayer, lo que abre nuevas incertidumbres sobre el futuro de la industria farmacéutica y la cobertura sanitaria de la colonia británica en España y los médicos españoles que trabajan en Reino Unido.
El referéndum británico para decidir la continuidad del Reino Unido en la Unión Europea o su salida, el conocido Brexit, celebrado ayer, se ha saldado según se ha conocido esta madrugada con una vitoria ajustada del sí a abandonar la Unión Europea (51,9 por ciento a favor del Brexit).
La salida abre ahora un panorama incierto en muchos frentes, en tanto no tiene por qué producirse de forma inmediata (Reino Unido tiene dos años para abandonar la UE a partir de este momento) y todavía deben negociarse los términos de su desvinculación de la UE. Estos términos implicarán decidir si se mantiene o no la libre circulación de trabajadores; también decidir si se firma un acuerdo bilateral entre el Reino Unido y los países de la UE para la atención sanitaria tanto de residentes temporales como de turistas; y decidir sobre el futuro de cuestiones ya en marcha como la Brexit con fondos europeos, entre otras cuestiones de calado que afectarán de lleno a la buena marcha de la sanidad tanto británica como de la Española, por las consecuencias colaterales que tendrá sobre nuestro país.
En este sentido, una de las incertidumbres más importantes a despejar en las negociaciones que deben tener lugar desde este momento y hasta dentro de dos años como máximo es el futuro de la cobertura sanitaria de la colonia británica instalada en España, cerca de 300.000 personas, así como de los turistas británicos que cada año visitan nuestro país. Lo más probable es la firma de un convenio de atención para los turistas, semejante al que opera ya con otros países no pertenecientes a la Unión Europea, como Suiza. Sin embargo, resolver la atención a esos residentes británicos que pasan más de tres meses en España al año es más complicado y podría llegar a pasar factura al sistema español, que dejaría de ingresar una considerable cuantía por la atención a este colectivo.
No en vano, el saldo de cobertura sanitaria entre España y Reino Unido está claramente a favor de España. Según una pregunta escrita remitida a la Cámara de los Comunes británica, Reino Unido adeuda a España 223,2 millones de libras por la atención prestada por España a británicos en 2015, mientras que España sólo adeuda en este momento 3,4 millones al Reino Unido por la atención prestada a españoles en el país británico.
Para resolver esta cuestión podrían adoptarse varias fórmulas. Desde la obligación de que la colonia británica residente o parcialmente residente en España (jubilados en su mayoría que pasan en nuestro país una parte del año pero no son residentes permanente) contratase un seguro privado para poder ser atendido en España, lo que daría alas a la sanidad privada que trata de impulsar desde hace tiempo el turismo sanitario, hasta la posibilidad de que, simplemente, no ocurra nada y España firme con el Reino Unido un acuerdo bilateral de cobertura sanitaria en línea con el que tiene con muchos países y mantenga el sistema actual por el que Reino Unido paga una cuota de alrededor de 300 euros por cada residente temporal en el país.
Otra opción podría ser incluso la firma de un convenio en línea con el que se diseñó en su día para dar cobertura a los inmigrantes en situación irregular, que exigía el pago de entre 60 y 157 euros al mes (la mayor cuantía si se tiene más de 65 años) para garantizar la asistencia.
Otra de las cuestiones abiertas es qué ocurrirá con los médicos y enfermeros españoles que trabajan en el Reino Unido. Tras casi una década en la que el Reino Unido ha acudido a España de forma reiterada para captar profesionales sanitarios ante su déficit de trabajadores en esta área (hace tan sólo unos meses que anunciaba la necesidad de 23.000 nuevos trabajadores sanitarios extranjeros). Los partidarios del Brexit han exigido la salida de la Unión Europea en buena medida para endurecer las políticas de inmigración y cerrar el mercado de trabajo a los extranjeros, de modo que pueda favorecerse el empleo de los locales. Por ello es previsible que la negociación que comenzará ahora para la salida del Reino Unido de la UE no incluya un acuerdo de libre circulación de trabajadores.
Sin embargo, en el caso de los profesionales sanitarios es más que probable que, dado el déficit de trabajadores, como ya ocurre actualmente con determinadas profesiones no haya restricciones a la entrada de trabajadores de otros países.
Investigación
En cuanto a las consecuencias para la investigación, la salida del Reino Unido deja en el aire numerosos proyectos de investigación liderados o con participación de instituciones e investigadores británicos pero financiados por fondos europeos y firmados para varios años. De ahí que buena parte de las revistas científicas, como Nature o BMJ, se hayan posicionadoabiertamente en las últimas semanas alertando de los peligros que entrañaría el Brexit y, siguiendo una línea europeísta generalizada entre la comunidad científica, hayan tratado de desmentir además que el Brexit ayudaría a dedicar 350 millones de libras a servicios públicos como el NHS, puesto que la contribución del Reino Unido a la UE «apenas supone el 1 por ciento del total de su gasto público», según recordaba Nature.
En este marco de incertidumbre se darán algunos sinsentidos más, como el hecho de que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) tiene su sede actualmente radicada en Londres que dejará de pertenecer a la UE y, aunque las políticas sanitarias comunes para los países de la UE son limitadas, en materia de regulación de fármacos el sistema de aprobación europeo es la base para la comercialización de fármacos en todos los países.
A esto habrá que añadir el impacto del Brexit sobre las numerosas compañías españolas que operan en el Reino Unido y sobre algunas británicas, como GSK, que dejarán de formar parte de la UE.
Afectaciones a la Industria Farmacéutica
Fuente: Diario Médico y El Gobal