Los superventas del futuro que llegarán este año
Tras la caída de 2022, en 2023 se espera un fuerte repunte en aprobaciones. Entre las novedades que pueden llegar al mercado hay promesas para alzhéimer, cáncer y psoriasis. Entre los nuevos medicamentos hay muchos tratamientos disruptivos, capaces de cambiar paradigmas terapéuticos.

Como es habitual a comienzos de año, los analistas hacen sus apuestas sobre cuáles de los nuevos medicamentos que llegarán a los pacientes son más disruptivos y tienen más probabilidades de ser un éxito de ventas. Dado que muchos de los fármacos actualmente superventas tienen próxima la expiración de su patente, las compañías se afanan en buscar reemplazos.
La consultora Clarivate destaca el potencial de quince compuestos del total de novedades que se espera lleguen al mercado farmacéutico estadounidense y europeo en 2023. A su vez, la firma Evaluate señala diez posibles superventas. Ambas coinciden en cuatro productos por lo que, según sus análisis, hay 21 nuevos tratamientos con potencial de cambiar paradigmas terapéuticos y generar ingresos multimillonarios a las compañías.
El informe de Clarivate Drugs to watch (que se traduce como “medicamentos que hay que vigilar”) incluye nuevas moléculas o lanzamientos de indicaciones clave. Prevé que ocho generarán en cinco años ventas anuales de al menos mil millones de dólares.
Su listado recoge novedades terapéuticas para un amplio abanico de indicaciones en oncohematología, enfermedades raras, patologías autoinmunes, dermatología y neurología.
Las estrellas de Clarivate
Así, según su estimación de ventas para 2027, hay dos medicamentos para psoriasis que se sitúan a la cabeza y son los únicos de los que se espera que ingresen al menos de 2.000 millones de dólares. Son el biológico bimekizumab (Bimzelx), desarrollado por UCB y autorizado en Europa, y deucravacitinib (Sotyktu), de Bristol Myers Squibb, aprobado por la agencia estadounidense FDA en septiembre.
El abanico de medicamentos disponibles para la psoriasis no es precisamente pequeño, pero estos antipsoriásicos tienen rasgos que les hacen brillar respecto a los competidores. Bimekizumab es el primer inhibidor dual de IL-17 A/F y se considera que podría ser más eficaz y más seguro que otros tratamientos. Mientras que deucravacitinib, que actúa inhibiendo de forma selectiva TYK2, tiene a su favor la vía de administración oral frente a los biológicos. Asimismo, su perfil de eficacia se considera superior al también oral apremilast.
El siguiente en la lista por su capacidad para generar los mayores ingresos en 2027 es una novedad en mieloma múltiple. Se prevé que teclistamab (Tecvayli), de Janssen, pueda llegar a los 1.800 millones de dólares. Este anticuerpo biespecífico, primero de su clase, se dirige al antígeno de maduración de células B.
Tiene una aprobación condicional europea y por la vía acelerada en Estados Unidos gracias a los resultados de un ensayo de fase I/II en pacientes en recaída o con enfermedad refractaria que habían recibido al menos tres líneas previas de terapia. Su aprobación regulatoria definitiva está pendiente de la confirmación del beneficio clínico en los ensayos de fase III.
Hay otros cinco medicamentos en la lista de Clarivate que se espera que alcancen al menos los mil millones de dólares en ventas en 2027. Dos de ellos ya tienen luz verde de la agencia FDA: el medicamento para el alzhéimer Leqembi (lecanemab), de Eisai y Biogen, y el inyectable de acción prolongada para VIH Sunleca (lenacapavir), de Gilead, que también ha sido aprobado en Europa.
Los otros tres son donanemab, el anticuerpo monoclonal contra el beta amiloide para alzhéimer de Lilly; la terapia génica para hemofilia Roctavian (valoctocogene roxaparvovec), de BioMarin, y pegcetacoplan, de Apellis.
Este último ya estaba comercializado en una enfermedad rara, la hemoglobinuria paroxística nocturna, y aspira a convertirse en el primer tratamiento para atrofia geográfica, que es la última etapa de la forma seca de la degeneración macular asociada a la edad.
Sin duda, entre las decisiones regulatorias más esperadas del año están las que afectan a los medicamentos para el alzhéimer lecanemab y donanemab. Si bien Leqembi ha obtenido en enero la aprobación acelerada de la FDA, la cuestión decisiva sobre el futuro de estas terapias depende de si consiguen la aprobación regulatoria definitiva.
Es una posibilidad real tras la eficacia clínica demostrada por lecanemab en el ensayo clínico Clarity AD. Los datos del fase III con donanemab se espera que se den a conocer en el segundo trimestre de 2023.
Cubrir una necesidad médica no cubierta es una buena garantía de éxito comercial. Pese a la gran cantidad de antirretrovirales disponibles, las opciones son limitadas en VIH multirresistente. Lenacapavir se dirige a este nicho de pacientes que presentan un mayor riesgo de desarrollar sida. Se presenta en comprimidos y en formulación subcutánea, y permite mantener bajo control el virus con solo dos administraciones al año.
Otro de los tratamientos disruptivos que ha captado el interés desde fases muy iniciales de su desarrollo clínico es la terapia génica Roctavian para hemofilia A. La Comisión Europea dio luz verde el verano pasado a este tratamiento de administración una vez en la vida que se espera que aporte beneficios a los pacientes a largo plazo, reduzca las hemorragias, evite el tratamiento profiláctico y minimice la necesidad de reemplazo del factor VIII.
Se esperan en nefrología dos importantes lanzamientos: sparsetan (de Travere Therapeutics), que frena la progresión de la enfermedad renal crónica, y daprodustat (de GSK, autorizado en Japón como Duvroq), que se dirige al tratamiento de la anemia asociada a la ERC.
Foscarbidopa/foslevodopa, la reformulación de AbbVie del tratamiento estándar de la enfermedad de Parkinson, también se cuela entre los potenciales superventas. Se dirige a un nicho de pacientes con una gran necesidad médica insatisfecha.
El tratamiento se administra en una bomba subcutánea y ofrece una mejor eficacia que la carbidopa-levodopa por vía oral y una mayor flexibilidad en la dosificación.
Por primera vez llegará al mercado una inmunoterapia para diabetes tipo 1. Teplizumab (Tzield), de Provention Bio, ha demostrado su capacidad de preservar la función de las células beta del páncreas y retrasar la necesidad de tratamiento con insulina.
Otros medicamentos que hay que vigilar según Clarivate, por su valor para los pacientes y su capacidad para generar grandes ingresos, son capivasertib, de AstraZeneca, para cáncer de mama; mirikizumab (Lilly), para colitis ulcerosa y Crohn, y ritlecitinib (Pfizer), en alopecia areata.
Terapias personalizadas
Una característica común a casi todos ellos es que son terapias dirigidas a biomarcadores, que prometen una mayor efectividad que los fármacos convencionales. Cada vez este tipo de terapias son más habituales, señala el informe de Clarivate, que estima que «el 25% del total de aprobaciones de la FDA de los últimos siete años son ya terapias personalizadas».
El auge de la medicina personalizada ha permitido cubrir lagunas terapéuticas y ofrecer soluciones a enfermedades que carecían de tratamiento. Pero a medida que los medicamentos se dirigen a poblaciones de pacientes más pequeñas, se reduce su capacidad para generar grandes ingresos.
Por este motivo, el listado de Clarivate incluye medicamentos que, pese a su alto valor terapéutico, no llegarán a facturar los mil millones de dólares al año necesarios para ser calificados de superventas.
Los superventas de Evaluate
Sin embargo, la consultora Evaluate también tiene sus elegidos de entre los nuevos medicamentos de 2023 e identifica diez potenciales superventas, que en 2028 facturarán entre 3.000 millones de dólares al año (en el caso de lecanemab) y 1.000 millones (para sotatercept).
Evaluate coincide con Clarivate en cuatro nombres: lecanemab, donanemab, pegcetacoplan y mirikizumab. Y añade SRP-9001, la terapia génica de Sarepta y Roche para distrofia muscular de Duchenne; epcoritamab (AbbVie), para linfoma difuso de células B grandes, zuranolona (Biogen y Sage), para depresión mayor y posparto; etrasimod (Pfizer), para colitis ulcerosa, y sotatercept (MSD), para hipertensión arterial pulmonar.
También RSVPreF3 OA, la vacuna de GSK frente al virus respiratorio sincitial (VRS) para adultos mayores.
Evaluate alerta de que, ante un entorno económico marcado por la subida de tipos de interés y la inflación, los laboratorios necesitan más que en otras épocas medicamentos que brillen en sus carteras y sean capaces de atraer a los inversores. «No todo tiene que funcionar, pero ante un mercado bajista, se necesitan desesperadamente resultados positivos», expone en su análisis.
Pero la apuesta por los nuevos medicamentos se acompaña de distintos niveles de riesgo. En el caso del alzhéimer pesa la experiencia con aducanumab. El propio Congreso de Estados Unidos ha investigado y reprendido a la FDA y Biogen por el proceso de aprobación y lanzamiento.
Según Evaluate, aunque los biológicos contra el alzhéimer obtengan una aprobación completa de la FDA, es probable que haya retrasos en la obtención del reembolso, lo que puede minar su potencial superventas.
El precedente de aducanumab puede perjudicar las expectativas comerciales de los nuevos fármacos para alzhéimer
Tampoco el éxito está asegurado en el cada vez más competitivo segmento del virus respiratorio sincitial. GSK está a la cabeza entre los fabricantes de vacunas, pero Pfizer le pisa los talones, y Johnson & Johnson y Moderna también aspiran a poder hacerse un hueco.
Las grandes expectativas que despiertan las terapias génicas y las herramientas de edición de genes se acompañan de no pocas incertidumbres. A lo largo de 2023 se esperan nuevas señales que indiquen si este campo está madurando y ganando la confianza de las autoridades regulatorias.
Ante tratamientos como la terapia génica para enfermedad de Duchenne, Evaluate señala que es muy difícil predecir la demanda debido a la falta de precedentes, y también asegurar el reembolso de un producto que se acompañará seguro de un alto precio.
La oncología, que ha atraído grandes inversiones de capital en los últimos cinco años, también necesita demostrar que puede ofrecer nuevos mecanismos de acción. Al menos, tanto esta consultora como Clarivate anticipan que el clima regulatorio en Estados Unidos mejorará.
«Si bien la productividad de la I+D siguió siendo un desafío para la industria farmacéutica en 2022, ya que durante este año la FDA solo aprobó 37 nuevas entidades moleculares, podríamos esperar que la tasa de aprobaciones se recupere en 2023 a niveles prepandémicos», apunta Mike Ward, director global de Ciencias de la Salud de Clarivate.
Aprobaciones
El número de aprobaciones de la FDA se considera un indicador de la productividad de la inversión global en I+D de la industria farmacéutica. De los 37 nuevos medicamentos solo seis fueron aprobados por la vía acelerada, lo que coincide con el escrutinio al que ha sido sometida la actividad de la FDA por el Congreso de Estados Unidos.
Si bien algunos consideran que la caída en el número de autorizaciones es una reacción a la controvertida aprobación de aducanumab, tampoco se descarta que sea un fenómeno coyuntural.
La FDA quiere que la vía acelerada deje de ser un coladero para fármacos que no demuestran su utilidad
De hecho, Evaluate prevé que 2023 puede cerrar con 57 aprobaciones, que corresponden al número de nuevas terapias que tienen una alta probabilidad de lograr el visto bueno de la agencia. Si se cumplen estos pronósticos, será un balón de oxígeno al sector. No en vano, según una reciente encuesta a los principales CEO de compañías, los cambios regulatorios están entre sus principales preocupaciones.
Lo cierto es que es previsible que sigan produciéndose menos aprobaciones por la vía acelerada. Este cauce se ha considerado un coladero de terapias que nunca llegan a demostrar un beneficio clínico. La FDA ya ha dejado claro que antes de solicitar la aprobación por esta vía, el ensayo confirmatorio de fase III tiene que estar sólidamente encaminado. Asimismo, quiere asegurarse de que los medicamentos que no proporcionen a tiempo pruebas firmes de su utilidad puedan retirarse del mercado rápidamente. Estos ajustes obligarán a las compañías con menos recursos a buscar nuevos caminos para generar ingresos.
Los superventas de este año
Las ventas mundiales de ‘Keytruda’ pueden alcanzar los 25.000 millones de dólares.
¿Cuáles van a ser los medicamentos que más dinero ingresen en 2023? Evaluate prevé que el fármaco para el cáncer Keytruda, de MSD, se sitúe a la cabeza en ventas y que rocen los 25.000 millones de dólares este año. Pese a llevar tiempo comercializado, se espera que sea también el medicamento que genere un mayor volumen de nuevas ventas: 3.000 millones de dólares.
Este inmunoterápico está autorizado en 38 escenarios en 18 tipos de tumores. Su uso perioperatorio impulsará gran parte de su esperado crecimiento en los próximos años.
En segunda posición en el ranking de superventas se sitúa Comirnaty, la vacuna contra la covid-19 de Pfizer/BioNTech, con unas ventas algo por debajo de los 20.000 millones de dólares.
Humira, el medicamento para enfermedades autoinmunes de AbbVie que desde hace años lidera los rankings de superventas, no llegaría a los 15.000 millones de dólares pero resiste en tercera posición, pese a que este año se enfrenta en Estados Unidos a la competencia de los biosimilares.
Justo por detrás de Humira está el antiviral de Pfizer para covid-19 Paxlovid. La vacuna de Moderna se queda en novena. Sin embargo existe mucha incertidumbre sobre el futuro comercial de las vacunas y los tratamientos contra el coronavirus, que dependerán de la propia evolución del virus y la pandemia.
En la lista de los más vendidos también se prevé que estén Eliquis y Opdivo (Bristol-Myers Squibb), Dupixent (Sanofi), Stelara (Johnson & Johnson) y Biktarvy (Gilead).
De cara a los próximos ejercicios, la pista de los próximos superventas está en las moléculas capaces de generar más nuevas ventas en 2023.
Destaca Mounjaro, de Lilly, un potente antidiabético y antiobesidad que se ha estimado que puede llegar a generar 2.000 millones de nuevas ventas en 2023 y facturar 30.000 millones de dólares en 2030. «Tal ha sido el interés en torno a la capacidad del agonista dual de GLP-1/GIP para inducir la pérdida de peso que existe la preocupación de que Lilly pueda tener dificultades para satisfacer la demanda», escribe Lisa Urquhart, editora de la publicación Evaluate Vantage.
El interés por los fármacos basados en incretinas también se espera que beneficie a los medicamentos de Novo Nordisk Wegovy y Ozempic, que en 2023 podrían llegar a generar cada uno entre 1.500 y 2.000 millones de nuevas ventas.
Otros medicamentos que crecerán de forma notable en 2023 en facturación son los medicamentos de AbbVie Skyrizi y Rinvoq para enfermedades autoinmunes, que amortiguarán la pérdida de ventas de Humira.
Precipicio de patentes
Acaba de expirar a patente de ‘Humira’ en Estados Unidos.
Las compañías farmacéuticas se acercan en los próximos años a un nuevo precipicio de patentes, fenómeno conocido como la expiración de la protección de sus moléculas superventas. Para 2025 se estima que amenaza 92.000 millones de dólares en ingresos de medicamentos de gran éxito.
Veinte años después de su lanzamiento acaba de expirar la patente del superventas de AbbVie Humira, que se enfrenta por primera vez en Estados Unidos a la competencia de los biosimilares. La consultora Evaluate estima que hay nueve autorizados, lo que dificulta hacer una estimación de la erosión de las ventas. Pero si son capaces de marcar la diferencia en el precio, es de prever que se acelere la caída en las ventas del original.
Las ventas de Humira en Estados Unidos podrían pasar de los 17.300 millones de dólares en 2021 a los 13.900 millones en 2023 y caer a 1.400 millones en 2028, calcula Clarivate. Aunque algunas de las patentes esenciales para la fabricación del fármaco no expirarán hasta 2034, Humira representaba en 2021 el 37% de las ventas de AbbVie y la pérdida de la exclusividad tendrá un impacto en sus finanzas.
En la Unión Europea los biosimilares de Humira se lanzaron en octubre 2018, lo que se reflejó en las ventas internacionales, que descendieron un 31,1% en 2019, un 7% en 2020 y un 9,6% en 2021. AbbVie respondió bajando el precio de su medicamento, lo que llevó a muchas empresas de biosimilares a retrasar o incluso abandonar sus planes de lanzar sus versiones de adalimumab.
El medicamento oftalmológico Eylea, de Regeneron, y Stelara, el antipsoriásico de Johnson & Johnson, también se enfrentan este año a la competencia de los biosimilares en Estados Unidos. Pero este laboratorio puede reemplazar la pérdida de ventas de Stelara con Darzalex, señalan los analistas de Evaluate, su medicamento para el mieloma múltiple que crece rápidamente en ingresos y cuya expiración de patente se prevé en 2029.
Otra compañía que se asoma al precipicio de patentes es Bristol-Myers Squibb, ya que hasta 2028 perderá la exclusividad de productos como el anticoagulante Eliquis y el inmunoterápico para cáncer Opdivo.
Otros medicamentos superventas que en seis años como mucho perderán la protección son los oncológicos Imbruvica (AbbVie) y Keytruda (MSD), el antidiabético Trulicity (Lilly) y Ocrevus (Roche), para esclerosis múltiple.
Sin duda, entre las decisiones regulatorias más esperadas del año están las que afectan a los medicamentos para el alzhéimer lecanemab y donanemab.