La transparencia no puede conllevar costes
El ejercicio de transparencia de la industria farmacéutica puede acarrear consecuencias negativas a la formación de los profesionales sanitarios del Sistema Nacional de Salud.

El ejercicio de transparencia de la industria farmacéutica puede acarrear consecuencias negativas a la formación de los profesionales sanitarios del Sistema Nacional de Salud.
Meses después de que entrara en vigor el Código de Buenas Prácticas de Farmaindustria y años después de que la patronal anunciara su diseño sigue sin resolverse si las transferencias de valor pueden considerarse pago en especie y si el médico debe incluirlo en su declaración de la renta.
El problema es que ha habido tiempo más que suficiente para abordar esta cuestión y no se ha hecho. Este tema ya se trató en 2002 y en 2006. Dos resoluciones de la Dirección General de Tributos del Ministerio de Hacienda ponen de manifiesto que las ayudas que reciben los médicos o profesionales sanitarios para la asistencia a congresos debe considerarse pago en especie. Desde entonces, no se han producido nuevas consultas.
La cuestión debe resolverse ya. Resulta necesario que Hacienda realice una valoración porque peligra la formación. En un acto reciente organizado por Farmaindustria se advertía de que dos sociedades científicas habían suspendido eventos ante la falta de asistencia de médicos, que temían las posibles consecuencias fiscales.
Ciudadanos ya ha puesto el dedo en la llaga con una proposición no de ley para reclamar al Gobierno que aborde este problema de una vez. Sería una mala noticia que los médicos encontraran obstáculos a la actualización de conocimientos, más si cabe por un hecho positivo, que es el incremento de la transparencia en la industria farmacéutica.
Partimos una vez más de que la situación está mal planteada. La industria farmacéutica llena un hueco que no pueden asumir las comunidades autónomas. Basta con ver los presupuestos de algunas regiones, en los que las partidas para esta materia no sobrepasan los tres o los cuatro millones de euros. Las autonomías se encuentran hoy más pendientes del déficit que de invertir y a pesar de ello su gasto amenaza con seguir disparándose. Según un estudio de Esade y Antares podría incrementarse en 48.000 millones de euros en 2025.
Fuente: Gaceta Médica