Las mujeres de 50 a 69 años que se hacen esta mamografía reducen su riesgo de morir un 40%

La detección precoz en cáncer es fundamental y constituye una de las principales estrategias para conseguir tanto ‘cazar’ a la enfermedad en sus estados iniciales como lograr que el tratamiento sea mucho más eficaz.

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5 de junio 2015

Pese a ser algo sobre lo que ya hay una amplia concienciación, los datos lo corroboran. Así, las mujeres de entre 50 y 69 años que se hacen una mamografía de cribado reducen su riesgo de morir por cáncer de mama un 40 por ciento en comparación con las que no se someten a la prueba, según una revisión internacional.

En general, las mujeres a las que se invita a hacerse dicha mamografía registran una reducción del riesgo del 23 por ciento de muerte por cáncer de mama, dado que algunas asisten y otras no, en comparación con las no invitadas por los programas de detección de rutina. En el caso de Reino Unido, este riesgo se traduce en alrededor de ocho muertes evitadas por cada 1.000 mujeres que asisten regularmente al cribado y cinco por cada 1.000 invitadas.

El impacto de los métodos de detección de cáncer de mama ha sido evaluado por la profesora de Detección de Cáncer de la Universidad Queen Mary de Londres, Stephen Duffy, y expertos de 16 países. En cuanto a los hallazgos, han sido coordinados por la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) y la agencia especializada en cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y contribuirán a la actualización del manual de IARC sobre este tema, cuya última edición se publicó en 2002.

“Se espera que este importante análisis convenza a las mujeres de todo el mundo de que el cribado de mama con mamografía salva vidas. La evidencia demuestra que es una herramienta vital en el aumento del diagnóstico precoz y, por lo tanto, reduce el número de muertes”, ha destacado Duffy.

Los métodos del futuro, más cerca

La experta ha añadido que “a pesar de la evidencia de que la mamografía de cribado es eficaz, todavía tenemos que llevar a cabo más investigaciones sobre métodos de detección alternativos, como la prometedora ‘tomosíntesis de mama digital’; una forma nueva de imágenes en 3D que potencialmente podría mejorar la exactitud de la mamografía al analizar tejido mamario más denso”.

Asimismo, Duffy ha subrayado que “es vital también seguir investigando maneras más eficaces de cribado de mujeres con alto riesgo de cáncer de mama por antecedentes familiares o estatus genético. Necesitamos más pruebas para afinar los servicios que se ofrecen a las mujeres de alto riesgo en términos de diferentes métodos de detección, desde una edad temprana y, posiblemente, a intervalos más cortos”.

Finalmente, sobre las preocupaciones ante el impacto negativo de la mamografía de cribado, sobre todo los falsos positivos, el sobrediagnóstico y la posibilidad de cáncer inducido por la radiación, esta nueva revisión se basa en la evidencia previa que sugiere que los beneficios potenciales del cribado de mama son mayores que los riesgos.

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